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“Mujer que dejó de fumar y comenzó a vapear para estar más saludable ‘terminó en su lecho de muerte’ un año después”
Jess Battison
Una mujer que dejó de fumar y comenzó a vapear para estar más saludable terminó “en su lecho de muerte” después de un año.
Loyda Cordero Faliero estaba “orgullosa” de su decisión de dejar los cigarrillos después de dos décadas, y comenzó a vapear “24/7”.
La mujer de 39 años había estado usando el vapeador durante “poco más de un año” cuando fue llevada de urgencia al hospital a principios de marzo. La neoyorquina se atragantó con un sorbo de una bebida, mientras su esófago “se cerraba”, y los médicos le diagnosticaron bullas pulmonares (espacios grandes de aire) en los pulmones.
También encontraron que Loyda tenía un pulmón colapsado, y le dijeron que era el resultado de la acumulación de líquido por el vapeo.
Loyda ahora no puede vapear ni fumar (Kennedy News and Media)
Loyda ahora no puede vapear ni fumar (Kennedy News and Media)
Loyda Cordero Faliero ahora no puede vapear ni fumar (Kennedy News and Media)
Loyda ahora no puede vapear ni fumar (Kennedy News and Media)
“Mi esófago está fuera de lugar y el saco de las bullas pulmonares está presionando sobre él, y si eso se rompe, podría causar una hemorragia cerebral o hemorragias internas que podrían matarme instantáneamente,” explicó la mujer estadounidense.
Ahora, Loyda tiene que dormir sentada, ya que aparentemente podría “ahogarse hasta la muerte” con su propia saliva o “asfixiarse y morir”.
Describiéndolo como una “situación de vida o muerte”, se vio obligada a dejar de vapear para ser candidata a una cirugía para remover los sacos de sus pulmones. La madre de dos hijos dijo que le advirtieron que si no lo hacía, podría no estar aquí dentro de cinco años.
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“Me ha hecho muy emocional. Dejé algo pensando que iba a ser más saludable, pero desafortunadamente me destruyó más de lo que me benefició,” dijo Loyda.
Después de haber ignorado la falta de aliento, náuseas, mareos y dolor como “mala salud en general”, los médicos ahora le han ordenado que deje toda actividad física.
“Básicamente, estoy en mi lecho de muerte y es una bomba de tiempo esperando a explotar,” agregó.
Los médicos dijeron que incluso levantar un galón de leche es “excesivo”.
“No puedo ni cocinar la cena ni levantarme para lavar los platos porque para cuando termino, estoy literalmente llorando de dolor y jadeando por aire,” explicó Loyda.
“Realmente ha tomado control de mi vida más de lo que nunca imaginé.”
Habiendo dejado de vapear para la cirugía, tampoco puede “volver a fumar” porque “simplemente va a ocurrir de nuevo”.
“Los médicos dijeron que si sigo vapear, dentro de los próximos cinco años acabaré en soporte vital y no lo lograré debido al daño tan grave que esto le hizo a mis pulmones y a cómo el líquido se acumuló en ellos,” dijo.
En los EE.UU., las regulaciones del vapeo son diferentes a las del Reino Unido, permitiendo niveles más altos de nicotina.