Si alguna vez has sentido una extraña sensación de ardor, picazón o cosquilleo en la lengua después de comer piña, no estás solo. Esta fruta tropical, tan refrescante como deliciosa, es famosa por provocar una reacción que, aunque molesta, muchos ignoran o simplemente atribuyen a la acidez. Pero detrás de esa sensación hay una explicación científica que puede resultar inquietante: la piña contiene una enzima que literalmente empieza a “comerte” desde el momento en que la muerdes.
🧪 ¿Qué está pasando en tu boca?
La piña contiene una poderosa enzima llamada bromelina (también conocida como bromelaína), que tiene la capacidad de descomponer proteínas. Esta enzima es tan eficaz que se utiliza comercialmente para ablandar carnes —y sí, eso incluye la carne humana.
Cuando comes piña cruda, la bromelina comienza a romper las proteínas que componen la superficie de tu lengua, el paladar y las mejillas internas, generando esa desagradable sensación de ardor o picor. En términos más sencillos: tu boca sufre un pequeño proceso de digestión a manos de la fruta que acabas de masticar.
“La bromelina ataca las proteínas que conforman tus células y comienza a descomponerlas, lo que produce esa sensación de escozor o incluso dolor leve”, explican expertos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas de EE.UU.
🍍 ¿Por qué solo pasa con la piña?
La bromelina es única entre las frutas comunes. Aunque otras frutas ácidas como el kiwi, la naranja o el limón pueden causar una leve irritación si se consumen en exceso, ninguna lo hace de la forma en que lo hace la piña. Su combinación de alta acidez y enzimas proteolíticas activas la convierten en una fruta con un efecto sorprendentemente agresivo para la boca humana.
Y por si fuera poco, la concentración de bromelina es especialmente alta en el centro de la piña, justo esa parte fibrosa que muchos desechan. Así que si alguna vez decides comértela entera, podrías notar el efecto con más intensidad.
🔥 ¿Es peligroso?
En la mayoría de los casos, no. La bromelina solo actúa superficialmente y en cantidades limitadas. Además, tu saliva, tu sistema inmune y el propio revestimiento de tu boca regeneran rápidamente cualquier tejido afectado.
Sin embargo, en personas con sensibilidad oral, alergias alimentarias o condiciones como la síndrome de la boca ardiente, el efecto puede ser más severo, llegando a provocar inflamación, úlceras menores o incluso cortes microscópicos en la lengua.
También es importante tener en cuenta que las personas alérgicas al látex o al polen de abedul pueden presentar reacciones cruzadas al consumir piña, debido a similitudes moleculares entre esos alérgenos y ciertas proteínas presentes en la fruta.
🔬 ¿Hay formas de evitarlo?
Sí, y son bastante simples. Cocinar la piña (como al hornearla o asarla) desactiva la bromelina, eliminando así la posibilidad de irritación. Lo mismo ocurre con las piñas enlatadas o procesadas, ya que estas suelen ser sometidas a altas temperaturas durante su conservación.
Otra opción es evitar el centro de la fruta y consumir solo la parte más blanda. También puedes enjuagar tu boca con agua fría después de comerla para reducir la irritación.
🧠 Un dato curioso
La bromelina no solo afecta a tu boca. También se ha investigado por sus propiedades antiinflamatorias y se utiliza en algunos tratamientos naturales para dolores musculares, sinusitis y problemas digestivos. Incluso hay estudios que evalúan su uso en ciertos tipos de cáncer, aunque aún están en etapas preliminares.
Así que la próxima vez que disfrutes de una rodaja de piña fresca y sientas ese escozor característico, recuerda: no es tu imaginación —es ciencia— y, en cierto modo, la piña te está “comiendo” a ti también.