El extraño caso de la misteriosa muerte de un hombre ‘que nunca existió’, aún sin resolver
Un hombre llegó a la ciudad irlandesa de Sligo en 2009 y sería recordado por todas las razones equivocadas.
Las historias de personas desaparecidas siempre generan fascinación, ya sea a través de documentales, investigaciones en línea o siguiendo el desarrollo de los casos.
Pero, ¿qué pasa cuando el misterio no es de alguien desaparecido, sino de alguien que “nunca existió”?
Este es exactamente el caso de Peter Bergmann, un enigma aún sin resolver en Sligo, Irlanda.
El cuerpo de un hombre fue encontrado en una playa de Sligo días después de haberse registrado en el Sligo City Hotel el 12 de junio de 2009, donde pasó la mayor parte de su estancia en la ciudad.
A pesar de que gran parte de sus movimientos fueron captados por cámaras de seguridad, las autoridades aún desconocen el motivo de su visita.
El hombre no tenía documentos y no dejó rastro.
Se registró en el hotel con el nombre falso de “Peter Bergmann”, pagó en efectivo y llevaba una bolsa desgastada. Dio una dirección en Austria como su hogar: Ainstettersn 15, 4472, Viena, Austria, pero dicha dirección resultó ser inexistente.
Era un hombre delgado, de aproximadamente 1.78 m de estatura, con cabello corto y gris, ojos azules y un ligero bronceado, lo que hizo suponer que tenía entre 50 y 60 años.
El personal del hotel señaló que hablaba con un marcado acento alemán.
Llegó desde la provincia de Úlster, pero no había registros de su entrada a Irlanda. Por su apariencia, se asumió que era un profesional, y en las imágenes de seguridad se le veía fumando con frecuencia.
Durante los tres días siguientes, se le observó saliendo del hotel con una bolsa de plástico morada llena de objetos. Sin embargo, cada vez que regresaba, la bolsa estaba vacía.
Las autoridades nunca pudieron determinar qué estaba desechando, ya que siempre se aseguraba de hacerlo fuera del alcance de las cámaras de seguridad. Sus movimientos parecían calculados y planificados.
Bergmann también fue visto comprando ocho sellos internacionales en la oficina de correos con etiquetas de correo aéreo. Al día siguiente, le preguntó a un taxista por una playa tranquila donde pudiera nadar.
El taxista le sugirió Rosses Point y lo llevó hasta allí. Más tarde, el mismo conductor lo recogió y lo dejó en la estación de autobuses de la ciudad.
El 15 de junio, Bergmann dejó el hotel alrededor de la 1 p.m., aún sin ninguna identificación o pasaporte.
El hombre conocido como “Bergmann” fue encontrado muerto en la playa de Rosses Point.
Pero el caso se volvió aún más extraño. Regresó a la estación de autobuses con una bolsa de hombro negra, una bolsa de plástico morada y una maleta negra diferente a la que tenía cuando llegó.
En una cafetería, fue visto tomando café y comiendo un sándwich mientras escribía en un papel. Luego de mirarlo durante unos minutos, lo rompió en pedazos y lo tiró.
Por la tarde, Bergmann volvió a la playa de Rosses Point. Se informó que 16 personas lo vieron caminando por la arena completamente vestido, sosteniendo sus zapatos en la mano.
A las 10:50 p.m., aún se le veía deambulando. Incluso tuvo un breve encuentro con un lugareño en la playa, quien le saludó.
Pero en la mañana del 16 de junio, su cuerpo fue encontrado en la playa por un padre y su hijo. Sus ropas estaban cerca en la orilla, y solo llevaba puesta una camiseta y ropa interior.
Tras una investigación de cinco meses, la Gardaí (policía irlandesa) no pudo identificarlo ni encontrar pistas sobre su identidad.
La autopsia reveló que estaba en muy mal estado de salud.
Tenía cáncer de próstata en fase avanzada y tumores óseos. Su corazón mostraba signos de una enfermedad isquémica previa. Sin embargo, no había rastro de medicación en su organismo.
La causa oficial de muerte fue un paro cardíaco agudo, ya que no se encontró agua en sus pulmones, ni señales de lucha o lesiones.
Se cree que su corazón falló momentos antes de entrar al mar.
A 16 años del incidente, el hombre sigue sin ser identificado. Ningún familiar o amigo ha salido a reclamar su cuerpo.
Las autoridades publicaron anuncios en medios austríacos y alemanes con la esperanza de obtener información sobre él, pero hasta la fecha, el misterio de Peter Bergmann sigue sin resolverse.