En 2018, Camille Balla cometió un crimen atroz contra su propia madre
Bajo la influencia de drogas duras, Camille Balla asesinó brutalmente a su madre biológica en un ataque violento y perturbador.
Todo comenzó como un día normal, pero terminó de una forma que nadie podría haber imaginado.
Antecedentes del caso
En el momento del crimen, Camille Balla, de 32 años, vivía con su madre, Francisca Montero-Balla, de 55 años, en Royal Palm Beach, Florida. Camille trabajaba en una sucursal de FedEx.
Según personas cercanas a ella, Camille tenía un historial largo de abuso de sustancias y luchaba con una fuerte adicción a las drogas.
Una vecina recordó que Camille le había contado que había probado Flakka, una droga sintética peligrosa conocida por causar alucinaciones y comportamientos violentos.
La vecina dijo que Camille le comentó que había rociado Flakka sobre un cigarro y luego lo fumó, lo cual encontró muy preocupante.
Esta adicción dañó gravemente la relación entre Camille y su madre.
Una compañera de trabajo de Francisca contó a los investigadores que notó un cambio en su comportamiento meses antes del crimen.
“No quería ir a casa. Salíamos a restaurantes después del trabajo solo para que pudiera retrasar el regreso. Se notaba que algo andaba mal, pero no quería hablar de ello,” explicó.
Posteriormente se reveló en el tribunal que Camille sufría de trastornos mentales graves sin tratar.
Todos sabían que algo estaba mal, pero nadie imaginó un final tan espantoso.
El día del crimen
El 16 de marzo de 2018, alrededor de las 10:08 p.m., Camille Balla comenzó a enviar mensajes perturbadores a su jefe en FedEx.
Escribía frases crípticas como:
“Ya tengo mis alas grandes” y “mamá no me cree, rey”.
También incluyó emojis extraños: un ángel, una mano haciendo el dedo medio hacia una patrulla de policía, y estatuas doradas.
Más tarde envió otro mensaje confuso:
“Necesito dormir. ¿Puedes decirle a los chicos que hagan menos ruido allá arriba?” con un emoji de helicóptero.
El gerente no pensó que fuera algo grave y no llamó a la policía.
Cerca de la 1:00 a.m., Camille llamó a un compañero llamado Julio y le pidió que fuera a su casa porque necesitaba hablar.
Cuando Julio llegó, Camille le confesó que no había tomado su medicación y que había matado a su madre, por lo que él llamó al 911 de inmediato.
La escena del crimen
La Oficina del Sheriff del Condado de Palm Beach llegó alrededor de la 1:40 a.m.
Encontraron a Camille sentada en la acera, con las manos y rodillas cubiertas de sangre. Ella les confesó:
“Maté a mi madre. Las drogas me hicieron hacerlo.”
Dijo que su marihuana estaba mezclada con PCP o Flakka.
Mientras era esposada, comenzó a gritar histéricamente:
“¡Soy una asesina! ¡La maté! ¡La maté!”
Dentro de la casa, completamente cubierta de sangre, los oficiales encontraron el cuerpo brutalmente mutilado de Francisca.
Según los forenses, Francisca fue golpeada fuertemente en la cabeza, estrangulada, y presentaba cortes profundos en el pecho, brazos y zona genital. Tenía fracturas en los huesos faciales, dientes arrancados y la cuenca del ojo derecho destruida.
Lo más escalofriante fue que sus ojos fueron arrancados y colocados sobre una caja de pizza de Little Caesars, justo sobre los ojos del dibujo animado de la marca.
También encontraron una nota escrita a mano que decía:
“Las puertas del cielo están en tus ojos, la escalera al cielo en tus piernas. Encontré el Nirvana cuando probaste el fruto. Me cegó el amor a primera vista.”
Había un cigarro de marihuana y se notó que las cámaras de seguridad habían sido desconectadas. Había manchas de sangre cerca del enchufe, indicando que fue reciente.
Camille fue llevada primero al hospital, y luego arrestada y encarcelada oficialmente.
El informe toxicológico mostró THC y anfetaminas en su sistema, pero no se encontró Flakka.
Justicia para Francisca Montero-Balla
Camille Balla fue acusada inicialmente de asesinato en primer grado.
En abril de 2018, su defensa presentó una solicitud por demencia, alegando que sufría de esquizofrenia y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Tras seis años de procesos legales, en noviembre de 2023, Camille aceptó un acuerdo de culpabilidad: la acusación de asesinato fue reducida a homicidio involuntario con arma.
Camille fue sentenciada a 15 años de prisión y 15 años de libertad condicional. Como ya había pasado cinco años en la cárcel, se espera que salga en menos de diez años.
Marc Freeman, de la Oficina del Fiscal del Estado, dijo que el resultado fue justo porque refleja la gravedad del crimen y también su salud mental.
“La familia de la víctima está completamente de acuerdo con esta resolución, que considera tanto la naturaleza horrible del crimen como la enfermedad mental documentada de la acusada.”
Para los seres queridos de Francisca, el acuerdo les evitó revivir los detalles traumáticos de un juicio.