Un hombre británico llamado Ewan Valentine vivió una experiencia insólita: tras el robo de su Honda Civic Type R con sistema de apertura sin llave, decidió buscar otro igual para reemplazarlo. Encontró uno del mismo color, modelo, año y con incluso el mismo sistema de escape personalizado, pagó alrededor de £22,000 —precisamente lo mismo que había pagado por el original— y lo llevó a casa.
Sin embargo, diversos detalles le hicieron sospechar: el coche tenía “decoraciones” propias de su viejo vehículo (piñas de árbol de Navidad y una estaca de tienda de campaña en el maletero), las envolturas dentro de la consola central eran idénticas a las suyas, y su teléfono se conectaba automáticamente al Bluetooth. Además, halló arañazos y la ausencia de uno de sus números de VIN.
Con la ayuda de un policía y los técnicos de un concesionario Honda, confirmaron que, efectivamente, aquel “nuevo” Civic era el clonado de su coche robado. Tanto la policía como los mecánicos coincidieron en que era uno de los clones mejor hechos que habían visto jamás.
Aun así, el concesionario no tenía conocimiento de la situación, y Ewan cree que actuó de buena fe al comprarlo, ya que era el Civic Type R más económico disponible. Legalmente, su posición es fuerte: para vender un coche, quien lo haga debe ser su legítimo propietario, algo que los ladrones no eran. Por ello, aunque su seguro aún no ha pagado, lo más probable es que le compensen o le habiliten de nuevo el vehículo para circular.
Ewan cerró su relato en Instagram con un irónico “Solo me pasa a mí”.