Un secuestro impactante: cómo una pareja de Florida se hizo pasar por repartidores de Amazon para robarse un bebé
El 20 de febrero de 2024, una tranquila mañana en Federal Way, Washington, se convirtió en una pesadilla para una familia. Una pareja de Florida, haciéndose pasar por repartidores de Amazon, presuntamente secuestró a un bebé de 7 meses.
Los detalles de esta investigación criminal son aterradores, tristes y sorprendentes. Aquí están los detalles:
El plan: Una falsa entrega y un ataque violento
Los responsables de este crimen son Marlly Jarina Ardila-Urrego, de 33 años, y su esposo Chun Ho Vincent Lai, de 42 años. Según los informes, la pareja condujo más de 45 horas desde su hogar en Lake Worth Beach, Florida, hasta Washington con el único objetivo de secuestrar a un bebé.
Sorprendentemente, el bebé que fue secuestrado era el hijo de la prima de Ardila-Urrego. Según los informes policiales, la pareja planeó todo meticulosamente.
Ardila-Urrego le dijo a la madre del bebé que había comprado un marco de cama para su otro hijo, de 2 años, y que la entrega sería el 20 de febrero de 2024. Lo que la madre no sabía es que esto formaba parte del plan para robar a su bebé.
Ese día, la madre escuchó un golpe en la puerta. Cuando miró a través de la mirilla, vio a un hombre, que luego fue identificado como Lai, sosteniendo una caja de Amazon y una pizarra. Pensando que era la entrega del marco de cama, abrió la puerta. En lugar de darle el paquete, Lai la atacó. Le dio varios puñetazos, le ató las manos y los pies con bridas, y la empujó a una habitación junto a su niño pequeño.
Mientras tanto, Ardila-Urrego entró, tomó al bebé y lo metió en la caja de Amazon. Después de secuestrar al bebé, la pareja abandonó el apartamento en su coche.
El desenlace: una rápida búsqueda y un rescate feliz
Después de que los atacantes se fueran, la madre logró liberarse y se dio cuenta de que su bebé había desaparecido. Corrió afuera con su niño pequeño, donde un vecino y trabajadores de mantenimiento la ayudaron y llamaron al 911.
El departamento de policía local comenzó rápidamente la investigación de la escena del crimen, buscando pistas. Cuando los oficiales revisaron las cámaras de seguridad de un departamento vecino, vieron a la pareja llegando y saliendo con el bebé.
Gracias al arduo trabajo de los investigadores y el FBI, la policía rastreó el teléfono celular de Ardila-Urrego y el coche de Lai, un Honda Insight. En menos de 3.5 horas del secuestro, un oficial de la policía estatal detuvo a la pareja en la interestatal 90 cerca de Moses Lake, Washington. El bebé fue encontrado sano y salvo en el coche y rápidamente devuelto a sus padres.
El motivo: aún un misterio
Una de las preguntas más grandes en este caso es: ¿por qué?
Según la denuncia criminal, no hay una razón clara por la cual Ardila-Urrego y Lai eligieron a esta familia. Los fiscales dijeron que la familia probablemente fue elegida porque sabían que los acusados tenían hijos pequeños. Tampoco hay señales de que enfermedades mentales o drogas hayan influido en el crimen.
La fiscal adjunta Jennifer Phillips calificó el caso como “extraordinariamente inusual” y señaló el alto nivel de planificación involucrado.
La pareja ahora enfrenta graves cargos, incluidos secuestro en primer grado, robo, allanamiento de morada y agresión en segundo grado. Si son hallados culpables, podrían enfrentar sentencias más estrictas debido a que las víctimas eran niños y el crimen fue premeditado.
Ardila-Urrego y Lai están detenidos con una fianza de $750,000 cada uno. Comparecerán ante el tribunal en marzo de 2025 en el Maleng Regional Justice Center en Kent, Washington.
Este crimen impactante ha dejado a la comunidad de Federal Way inquieta, pero también muestra lo importante que es estar alerta. El trabajo en equipo entre el departamento de policía local, el FBI y la policía estatal fue clave para llevar al bebé de vuelta a casa de manera segura.
Aunque el bebé fue devuelto sano y salvo, la familia necesitará tiempo para sanar de este trauma. Mientras el proceso legal continúa, muchas preguntas permanecen sin respuesta.